La candidez, la ingenuidad, la inocencia de las miradas de los niños; nos regalan escenas angelicales llenas de simplicidad; ellos viven en un limbo, en un estado de tierno brote al que aún no se exige nada y del que se acepta con complacencia su naturaleza dormida. Un estado donde no se captan los obstáculos ni los peligros que circulan a su alrededor.
"Cielo y Tierra" Camino a Cusco, Peru 2013
Hace 12 años